La reducción de las fosas nasales es un procedimiento rápido de llevar a cabo con la capacidad de transformar los rasgos faciales al instante. El tipo de técnica de recorte de las fosas nasales que elija tu cirujano dependerá de la forma de tus fosas nasales y de tus objetivos de tratamiento.
La cirugía de alectomía nasal se puede realizar fácilmente con sedación intravenosa o anestesia general, y es un procedimiento de un día, lo que significa que serás admitido y dado de alta el mismo día, lo que te permite recuperarte en la comodidad de tu propia casa.
Al realizarse con anestesia general, debes asegurarte de contar con la compañía de un adulto responsable para que te lleve a casa después de la intervención y te cuide durante al menos las primeras 24 horas después de la misma.
Antes de empezar la intervención, el cirujano marcará cuidadosamente la zona con un rotulador. Estas marcas constituyen la base de la zona de piel que se eliminará como parte del procedimiento de reducción de las fosas nasales. A continuación, se inyecta la anestesia.
Después de una preparación estéril y de preparar la zona, el cirujano colocará cuidadosamente las incisiones en la base de la nariz de modo que apenas quede rastro de la operación. Por lo tanto, las pequeñas cicatrices resultantes se camuflan perfectamente.
Una vez eliminada la cantidad de piel deseada, el cirujano cerrará las incisiones con puntos de sutura disolubles. A continuación, se cubre la zona quirúrgica con un apósito estéril. Antes de regresar a casa, se te recetarán antibióticos y analgésicos para el postoperatorio.