El lifting de brazos, también conocido como braquioplastia, es un procedimiento quirúrgico plástico para eliminar la piel y la grasa no deseadas de la parte superior de los brazos. La intervención es ideal para los pacientes que gozan de buena salud general y tienen expectativas realistas.
La braquioplastia se realiza con anestesia general o sedación intravenosa. El procedimiento suele durar dos horas más el tiempo de recuperación inicial. Nuestros cirujanos comenzarán realizando incisiones en la parte superior del brazo para eliminar el exceso de piel y grasa. La piel restante se estira y se sutura.
Una braquioplastia es normalmente un procedimiento ambulatorio, por lo que te irás a casa el mismo día. Experimentarás algunas molestias, pero serán controlables con medicación oral y deberían empezar a disminuir en 48 horas.
También se producirán hematomas e hinchazón, que alcanzarán su punto álgido en torno a las 36 horas después de la intervención y desaparecerán gradualmente en las dos semanas siguientes. Las cicatrices serán bastante visibles durante las primeras semanas, pero se irán aclarando y aplanando gradualmente a lo largo de los nueve a doce meses siguientes.
Deberás llevar una prenda de compresión durante los primeros días después del lifting de brazos para controlar la inflamación, y es conveniente mantener los brazos elevados por encima del nivel del corazón todo lo que puedas. Así mismo, deberás dormir con almohadas debajo de los brazos para mantenerlos elevados durante la noche.
Durante las primeras cuatro semanas, por lo general debes evitar los ejercicios extenuantes. A partir de ese momento, probablemente puedas reanudar tus actividades normales, siempre que cuentes con la aprobación médica.
El resultado final sólo será visible en un periodo de un año, cuando tanto la herida como el tejido subcutáneo y la cicatriz estén completamente recuperados. Los beneficios de la cirugía de lifting de brazos incluyen una apariencia más firme y joven, mayor confianza y autoestima, y más opciones de ropa.